miércoles, 23 de septiembre de 2015

LAS NECESIDADES EMOCIONALES DE EL Y ELLA

El enamoramiento, el noviazgo y el matrimonio, es una decisión muy importante en nuestra vida, en el que al pasar los años uno se da cuenta que las cosas se van complicando cada ves mas y mas. La mujer y el hombre tienen necesidades diferentes, pero ambos sexos poco saben del otro. como por ejemplo:
1.-la mujer necesita ser amada.

Día tras día, es importante que el hombre brinde expresiones diarias de amor para su autoestima de la mujer.
Si un hombre trata con mucho amor y afecto en forma persistente podría ser capaz de ablandar a la mujer más frígida.

Un esposo dijo que no podía entender a su esposa, le he dado todo, una casa, joyas, paseamos en un crucero, soy fiel, pero sin embargo ella dice que es una desgraciada.
Este esposo no se da cuenta de que su esposa cambiaría todo por unas palabras de amor y cariño, y que le preste atención.

Muchos hombres no saben las necesidades que tiene una mujer por recibircariño y amor.

Antes de levantarte de la cama , abrasa a tu mujer y dile cosas lindas en el oído, durante el desayuno felicitarla por algo , antes de irte al trabajo abrásala y dale un beso, en tus ratos libres llámala por teléfono, por las noches al regresar del trabajo salúdala con un fuerte abraso, una sonrisa y un beso con mucho sentimiento, felicítala por la cena, dale unos minutos de atención para hablar de algo importante y acaríciala amorosamente por el pasillo, estos detalles hacen sentir bien a la mujer.

Un hombre bien inteligente sabe que la mujer necesita dosis de cariño para que pueda permanecer feliz.
En 5 segundos ¿qué puedes hacer para que tu esposa se sienta especial y amada? Pues decirle “Eres guapísima” éstas palabras tienen más efecto que “te ves bien”.

La mujer no quiere preguntar si es amada, quiere que se lo digan espontáneamente.
2.-Toda mujer necesita tiempo y atención.
Suele suceder que el hombre hace insinuaciones sexuales y cuando la mujer se retrae el hombre se voltea tratando de ser considerado, en este momento ella puede estar llorando. ¿Por qué?ella dice que debería ser atractiva como para que el hombre persista a pesar de los obstáculos que ella le ponga, si él no insiste ella considera que ya no la ama.
A veces la mujer espera algo más del hombre, pero el hombre no siempre adivina sus deseos.

La esposa necesita que su esposo valore tanto su bienestar como que esté dispuesto aponerla a ella en primer lugar , por lo menos parte del tiempo.
Es fácil para la mujer empezar a sentirse más como una cosa que como una persona. Cualquier esposo puede evitar que suceda, al tratarla como una persona especial, apreciada y valorada, Cada día necesitas hacer algo que la haga sentir bien como si él la acabara de decir “tú eres importante para mí”, una mujer necesita oír esto en palabras y en acción.
3.-La mujer necesita atención sentimental.
Para el día de san Valentín él le regalo una calculadora, ella se sintió mal, pero lo perdono porque él era maravilloso en su área de trabajo.
Para la próxima le regaló unas ollas, una máquina de coser, un abridor de latas eléctricos, y un horno microondas, después de un día la esposa no le hablaba, pero el hombre no entendía por qué. Desesperado salió a comprar unas rosas semis marchitas y se quedo mas confundido por la frustración de ella.
Cuando un esposo ya no le demuestra a la esposa que es muy importante para él, la mujer puede sentirse enojada, resentida, y comenzará a distanciarse.

Hombres.... enamoren a sus esposas con pequeños regalos y recuerdos de vez en cuando.
Mujeres no pisoteen los esfuerzos de sus esposos de dar regalos mostrando ingratitud por medio del disgusto o la crítica.
4.- el hombre necesita admiración y aprecio.
“si usted quiere que un hombre la siga queriendo, solo hay una sola cosa que hacer, apreciarlo y dejárselo saber” si tan solo las mujeres lo practicaran salvaría muchos matrimonios.

Sí, el hombre aprecia el honor y el reconocimiento de los demás, pero más que nada el hombre necesita que su esposa piense que él es magnífico. Y un club de fans en donde la presidenta es su esposa.

5.-Su apariencia.

Para los hombres la apariencia física es muy importante, su fuerza y su físico.
Por las mañanas dale a tu esposo un cumplido y así él te recordará todo el día.
Cada vez que tu esposo se mire al espejo dile lo guapo que se ve, posiblemente a él ya se le está cayendo el pelo ó está criando lonjas en la cintura.
Dile: ¡qué gran tigraso eres! cada vez que tu esposo se sienta como un tigre y piensa que puede conquistar el mundo y él se siente así, tú serás ricamente recompensada.
6.-Sus destrezas talentos y habilidades.
¿Qué destreza, talento y habilidades tiene tu pareja?
Felicita a tu pareja por los talentos y habilidades que muestra en su trabajo,
Cuando a tu pareja se le ocurra una idea extraordinaria, díselo,
Cuando le hagan un reconocimiento o un aumento de sueldo, sé su más entusiasta admiradora.
No importa si el hombre tiene distintas habilidades, la mujer debería ocuparse de satisfacer su necesidad de ser apreciado.
7.-Por sus rasgos y carácter.
Si el hombre es honesto responsable, puntual, etc. En muchos casos las mujeres aceptan el apoyo financiero, sin ofrecer una palabra de aprecio.
No des por sentado el hecho de que tu esposo sabe cuánto tú admiras sus rasgos de carácter. Él necesita escucharte decirlo.
Recuerda el hombre se enamora de una mujer que lo haga sentirse más fuerte, más capas, más inteligente y más atractivo de lo que nunca antes se ha sentido.

Si el hombre no se siente bien cuando está con su esposa, se hace vulnerable a la otra mujer.
Amiga tú puedes volver a encender esa llama que una vez tubo tu relación con tu esposo.
Muchas mujeres responden automáticamente a las necesidades de sus hijos, pero descuidan a sus esposos.
La admiración no sólo motiva al hombre a salir adelante, sino que también le provee recompensas inmediatas por sus logros.
Algunos hombres se niegan a ir a un seminario para matrimonios, a visitar a un consejero, a leer un libro acerca del matrimonio, o a aceptar ayuda de cualquier tipo. Hombres como ellos tienen una estima personal tan desmejorada que hasta la más leve crítica les resulta devastadora.

8.-El hombre necesita respeto.

¿Le dices a tu esposo que calle y le das órdenes como si fuera uno de los niños?
La mujer impone el tono de respeto en la casa.
La esposa siempre debería respetar las ideas y opiniones de su esposo, cuando una esposa le falta el respeto a su esposo frente a otros, siembra desprecio hacia sí misma, tanto en la mente de él como en la de los observadores.
Cuando los niños observan a la madre tratando al padre siempre con respeto, ellos desarrollarán las mismas actitudes respetuosas hacia él.
La mujer de la casa es la que establece la atmósfera de respeto para la familia entera.
La mujer tiene que abandonar el estilo de mamá cuando se dirija a su pareja.
9.-El hombre necesita satisfacción sexual.
Antes que el hombre pueda satisfacer las necesidades emocionales de la mujer , él debe saber que su esposa lo encuentra atractivo.
la mujer necesita estar emocionalmente satisfecha para satisfacer las necesidades sexuales del hombre,y el hombre necesita estar satisfecho sexualmente para satisfacer las necesidades emocionales de la mujer.
Y finalmente
Todo lo material que acompaña al matrimonio, casa de fantasía , vacaciones exitosas , trabajos prestigiosos y grandes sueldos no garantiza nada en el departamento de la felicidad, si so se satisface las necesidades emocionales.
Este tema es aún mas amplio y general , pero ayuda mucho a entender a los hombres y las mujeres .... :)
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jueves, 13 de agosto de 2015

4 Razones para rezar el rosario

Matrimonio: Cómo el amor humano se hace divino

Si vivimos cerca de Dios, de la fuente de vida, tenemos una luz diferente

Couple kissing under umbrella at the beach in sunset © Masson / Shutterstock_
La vocación matrimonial es una aventura de largo recorrido. Tan largo que nos lleva a la vida eterna. Dios nos ha soñado juntos para siempre y no nos deja solos en el camino, nos acompaña en cada paso para que vayamos construyendo nuestra vida sobre la roca de la fidelidad, sobre su propia roca.
 
Queremos descubrir ese sueño que Dios sueña con nosotros. Queremos saber cuál es el rasgo de Cristo y de María que estamos llamados a encarnar en esta tierra como matrimonio.
 
Cuando nos casamos todo se viste de esperanza. Muchos matrimonios al comenzar piensan que nada es tan difícil como otros les han dicho. Creen que los temores que otros tienen en ellos no se van a dar.
 
El amor primero está en su momento de mayor alegría y entusiasmo. Todo parece fácil. Incluso los defectos del otro nos hacen gracia. Nos reímos de nuestras propias torpezas. Las debilidades de la persona amada nos enamoran más todavía.
 
Nos miramos y nos conmovemos con la belleza del otro. Soñamos con las altas cumbres, y confiamos en vencer la mediocridad de una vida sin altura. Aspiramos a lo máximo, no tenemos miedo al esfuerzo.
 
Al comienzo nuestra vida juntos suele ser un paseo cómodo y placentero. Muchas veces les digo a los novios que ojalá, al celebrar sus bodas de plata o de oro, puedan decir que se aman más que ese día de su boda.
 
Que su amor sea más hondo y sincero con el paso de los años. Que hayan sabido sufrir juntos y las heridas los hayan hechos más capaces para el amor. Que su amor sea más de Dios, menos ingenuo, más maduro.
 
La vida es larga, el camino a veces duro. Los años pueden desgastar el amor y llenarlo de amargura, de resentimiento, de rencor que no se olvida. O puede ser, por el contrario, que la vida nos haga más de Dios, más hondos, más generosos.
 
El paso de los años nos permite crecer o menguar, madurar o seguir siendo infantiles, avanzar en santidad o quedarnos anclados en una vida mediocre.
 
El día de nuestra boda comenzamos una carrera, un camino sagrado, una aventura en la que Dios es nuestro guía y Padre. Lo sabemos, no vamos solos. Nada se logra sólo con nuestro esfuerzo, eso no basta. 
 
Somos frágiles. Contemplamos a María y decimos: Nada sin ti, nada sin nosotros. Miramos con un profundo anhelo, y a veces con impotencia, el ideal por el cual nos dijimos ese sí para siempre, para toda la eternidad. Notamos lo lejos que estamos de lo que soñamos. Pero no nos desanimamos, queremos más, siempre queremos más.
 
Queremos que en nuestro amor se vea la luz de Dios. Que puedan decir los que nos miran: mirad cómo se aman. Queremos dar paz a muchos. Queremos que nuestro hogar sea hogar para tantas personas sin hogar. Que nuestro amor sea fecundo. En hijos propios, en hijos espirituales, en vida de la que muchos puedan vivir.
 
Sí, la fecundidad es de Dios, la semilla siempre es nuestra. Nosotros sólo sembramos. El fruto es suyo. Nuestro es el sí que nos damos cada día. De Dios es el sí con el que nos bendice cada mañana.
 
Nuestro sí primero, el del primer amor, se ha de renovar cada mañana, cada noche, a cada hora. En momentos de luz y en momentos de oscuridad. En días de Tabor, cuando lo vemos todo claro y en días de Calvario, cuando el cielo parece oscurecerse.
 
Es el sí primero, el de la fidelidad a nuestra vocación. Ese sí a veces trémulo y vacilante, ese sí que se hace roca al descansar en Dios.
 
Sabemos que sólo cuando vivimos cerca de Dios, de la fuente de vida, tenemos una luz diferente. Nuestra forma de vivir, de mirar, de hablar, de amar, refleja el amor de Dios.

Que al mirarnos como esposos veamos a Jesús el uno en el otro. Que al mirarnos los otros vean a Jesús en nuestro amor. Sólo será posible si estamos unidos a Él. Es un misterio. Surge algo especial a partir de su presencia en nuestra vida. Nuestro amor humano se hace divino. El corazón se llena de vida y esperanza. Vale la pena dar la vida por amor.
 
Jesús quiere encarnarse en nosotros, en nuestra unión conyugal, a través de nuestro amor tan limitado. 

Conoce los 5 signos del Matrimonio


matrimonio
A lo largo de la historia el sacramento del Matrimonio se ha enriquecido con diversos 
signos. Cabe aclarar que ninguno de ellos es obligatorio ni su ausencia invalida el 
Matrimonio ya que éste se cumple cuando se ha hecho constar que se hace libre, 
voluntariamente, que no existe ningún impedimento, y cuando los contrayentes han 
hecho las promesas o votos.

Uno de los primeros signos utilizados fue la alianza o anillo que se usaba 
ya en el ambiente romano o judío como signo de contrato.Es interesante mencionar 
que en un tiempo, el hombre entregaba a la esposa el anillo, pero no como adorno, 
sino como sello, ya que con él se sellaban las arcas y cajones que contenían las 
despensas y provisiones y, así, se evitaba que los esclavos los robaran. Esto significaba
 que el esposo entregaba el menaje a la esposa y, por lo tanto, no se utilizaban las arras. 
El cristianismo lo convirtió en signo de fidelidad. En el siglo I era de hierro y no llevaba 
piedra, pero en el segundo ya era de oro.

Cuando el anillo dejó de ser un sello surgió la necesidad de un signo que representara la 
obligación del hombre por ofrecer el patrimonio y sustento del hogar y, al mismo tiempo, 
la responsabilidad y cuidado de la mujer para que éste se utilizara en forma responsable.
Inicialmente se usaron monedas de uso corriente que después se convirtieron en 
las arras actuales, con ningún valor económico y sólo simbólico. Y, lamentablemente,
 el pensamiento mágico y supersticioso de los vendedores y el poco pensamiento crítico 
de los compradores han hecho que sean trece. Actualmente esta tradición no refleja la 
realidad ya que, en muchas ocasiones, también la mujer se encarga de conseguir el 
patrimonio y el hombre de conservarlo.

En cuanto al lazo, es interesante mencionar que es una tradición propia de México 
derivada de los rituales prehispánicos de matrimonio en donde el sacerdote anudaba
 el calzón del hombre al huipil de la mujer para significar su unión. Los primeros 

misioneros utilizaron su estola y posteriormente se fabricaron lazos de diversos materiales.

La costumbre del vestido blanco en las bodas es relativamente moderna. En los
 orígenes del cristianismo no había un color preferido para la ceremonia. En Roma era 
muy utilizado el color naranja. Se evitaba el color negro, utilizado en ceremonias de duelo y, 
el rojo, relacionado con las prostitutas. A partir del siglo XIX el color blanco se hizo muy 
popular debido a que, en 1840, la reina Victoria eligió ese color para su enlace con Franz 
Karl August Albert Manuel von Sachsen-Coburg und Gotha, mejor conocido como Alberto 
de Sajonia-Coburgo. La fotografía oficial de la boda se difundió a tal grado que se impuso 
como moda nupcial y, algunos grupos religiosos, comenzaron a darle el sentido de pureza
 o virginidad. Sin embargo, en las regiones de India o China algunas novias eligen el color
 rojo por su significado de prosperidad o buena suerte aunque, por influencia occidental, 
muchas mujeres también se casan de blanco.

La cauda o cola comenzó a significar la fecundidad y descendencia de la pareja. 
Como para las mujeres era regla entrar a la iglesia con la cabeza cubierta, el velo de la
 novia cubría su cabeza, pero también el rostro. Y, en algunos rituales, la novia está velada
 hasta que el esposo le descubre el rostro como signo de que solo él tiene el derecho de 
conocer la intimidad de su mujer. Actualmente el color blanco también se utiliza en segundas
 nupcias o aunque no se haya conservado la virginidad. La Iglesia no lo exige.

viernes, 31 de julio de 2015

25 consejos para tener un Matrimonio Santo

25 consejos para tener un Matrimonio Santo
El Sacramento del Matrimonio es una vocación a la Santidad y como tal debemos asumirlo, no tenemos que caminar solos, Cristo es nuestro guía
 
 Tweet reciente del Papa Francisco:
 
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De la Carta del Apóstol San Pablo a los Romanos (12,9-12): Que vuestra Caridad no sea una farsa; aborreced lo malo y apegaos a lo bueno. Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros, estimando a los demás más que a uno mismo. En la actividad, no seáis descuidados; en el espíritu, manteneos ardientes. Servid constantemente al Señor. Que la esperanza os tenga alegres; estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración.
  1. En primer lugar tomen conciencia de que el Santo Matrimonio no es cosa de ustedes. Es Dios el que los necesita unidos para hacer un gran bien en este mundo. Es Dios el que cuenta con cada uno de ustedes y por ello nunca les faltará su gracia para vivirlo conforme a los planes que Dios tenga para ustedes. No son dos, sino tres. El tercero es Dios y debe ser es el centro. Siempre que lo quitéis del centro, el mundo se pondrá en su lugar y vuestro Santo Matrimonio peligrará.
  2. El contraer Matrimonio es una llamada que Dios les hace a la SANTIDAD. Es decir, una gran responsabilidad. Desde el matrimonio tienen que ser luz del mundo y sal para la tierra. Su mundo y su tierra, serán en primer lugar su hogar, sus hijos… De tal manera que los que se acerquen a su hogar tienen que llevarse la luz de Dios, su oración, el amor, el perdón… Tienen que ser TESTIGOS de Cristo muerto y resucitado.
  3. Para ser un matrimonio Santo es importantísimo que sean un hombre y una mujer de oración, personas profundamente metidas en el Corazón de Cristo. Y personas profundamente acostumbradas al sacrificio, a la abnegación, saber ceder por el otro, saber bajar la cabeza por que haya paz en el hogar. Evitar siempre la división del hogar. El demonio siempre quiere destruir la unidad familiar, por ello luchen por ella con uñas y dientes.
  4. Sean muy transparentes el uno con el otro, no se guarden nada. Todos somos humanos e imperfectos. Nunca se escandalicen por los errores que ha podido cometer el otro. En las mismas circunstancias cualquiera podría haber caído también. Hay que saber perdonar y esperar. Cada uno tiene su tiempo de maduración, de darse cuenta de las cosas. Hay que tener MISERICORDIA ante las flaquezas del otro. Por ello NO TARDEN en buscar un director espiritual para su matrimonio, un sacerdote de buena doctrina que los ayude a crecer, a madurar y a ser mejores cristianos; y que lo tengan disponible para confesarse cuando lo necesiten.
  5. Ponte muchas veces en el lugar del otro. No pienses solo en ti. Piensa en las necesidades del otro antes que en las tuyas. Cada uno tiene que ser el último para que el matrimonio sea feliz. Y estén siempre dispuestos a cargar con las cargas del otro.
  6. Confiésense con un sacerdote al menos una vez al mes, y si pueden una vez a la semana mucho mejor. En la Confesión, Dios derrama una gracia muy especial y les dará luz y fuerza para caminar por el bien.
  7. Compartan juntos un paseo, una película en el cine, una cena, una conversación… Pero solos. Cuando tengan hijos, déjenlos de vez en cuando con los abuelos o con unos buenos amigos. Tengan tiempo para ustedes e interésense cada uno por las cosas del otro. Es importante que compartan sus luchas, ilusiones, sufrimientos y alegrías. En el matrimonio hay que hablar mucho. Cuando se deja de hablar de lo que llevamos dentro el amor se debilita. En cambio la ilusión por sorprender al otro, por saber que le gusta, que le ocurre es buena tierra para un Matrimonio Santo.
  8. Estén siempre muy unidos por la fe. Y nuestra fe se alimenta de muchas maneras, pero especialmente en la Santa Misa Dominical. No falten nunca juntos a la Santa Misa, y siéntense juntos para juntos alimentarse de la Palabra y de la Eucaristía.
  9. Todas las mañanas de rodillas ante Dios, hagan la Señal de la Cruz y pongan su familia bajo la protección de la Trinidad Santísima. Una linda forma de hacerlo es besar el suelo y decir: “Te serviré Señor”. Hagan el ofrecimiento de obras y pidan el auxilio de la Virgen y la compañía de sus ángeles de la guarda, que cada uno ponga agua bendita en la frente del otro haciendo la Señal de la Cruz y una oración.
  10. Que no haya una noche que se vayan a dormir sin darse un beso, hacer examen de conciencia del día y rezar tres Ave María que son prenda de salvación eterna, ofrézcanlas por la Pureza, la conversión de los pecadores y la Salvación del mundo. No se vayan nunca a dormir molestos. Antes de ir a dormir todos en el hogar deben estar Reconciliados y en la Paz del amor. Rocíen la cama y sus frentes con agua bendita.
  11. Es muy importante que al menos una vez a la semana vayan juntos al Sagrario, y allí de rodillas frente al Señor, postrados ante Dios, pidan que se fortalezca su matrimonio, pidan perdón al Señor si no le están dando toda la gloria que tienen que darle con su unión, encomienden a sus hijos y sus familias. Terminen con esta oración:

    Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman. Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente y te ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los sagrarios de la tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él mismo es ofendido. Por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón y del Corazón Inmaculado de María, pido la Conversión de los pobres pecadores. Te pido en especial: Por el Papa y sus intenciones, por nuestro Obispo y sus intenciones, por todos los matrimonios, por nuestro párroco y sus intenciones
    Y tras rezar un ratito, pueden leer su Biblia juntos
  12. Preparen en casa un pequeño altar en donde haya una Biblia, un Crucifijo, Agua Bendita y una fotografía de la Virgen. Todos los domingos en la tarde, conságrense ustedes y a toda su familia al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, invocando al Espíritu Santo sobre su hogar. Pidan la protección de la Santísima Trinidad sobre la familia. Los sábados recen juntos frente a la fotografía de la Virgen una Salve.
  13. Recen cada día el Santo Rosario en familia. Esta será el arma más poderosa para su matrimonio y su familia. El demonio los tentará para que no lo hagan con mil problemas y cansancio, pero en esos momentos hay que dar la batalla. Aunque sea un solo misterio, ni un día desde que se casen dejen de rezar el Santo Rosario. Recuerden que en donde se reza el Rosario no falta lo necesario.
  14. Recuerden que lo más importante en el hogar es la unión del matrimonio. Si los esposos no se quieren los hijos no serán felices, si los esposos no se perdonan, los hijos no serán felices…Sus hijos tienen que ver que ustedes se aman, que se dan un abrazo de vez en cuando, que tienen palabras de respeto y cariño entre ustedes, que se preocupan el uno del otro. No martiricen a sus hijos creciendo en un ambiente de frialdad. Los pollitos tienen que crecer en el calor del hogar, y el calor del hogar es el cariño, la comprensión.
  15. Que nunca sus hijos los vean mentir, hablar bruscamente, hablar mal del prójimo, decir malas palabras… Ustedes son los maestros de sus hijos, y si no son buenos maestros crearán pequeños monstruitos llenos de odios y rencores. Si los hijos los ven perdonar, ellos perdonaran, si los ven amar ellos amaran
  16. Nunca pongan a los hijos en contra del esposo(a), eso es una locura que hace mucho daño a los niños. Los padres tienen que ser una sola educación, una sola directriz, un solo plan… Las deliberaciones y discusiones se hacen en la intimidad y a los hijos se le dan razones claras y firmes.
  17. Nunca hablen con sus respectivas familias de sus problemas o situaciones matrimoniales, ni con los amigos. Las cosas del matrimonio y el hogar, en casa se quedan. Si no, luego corre peligro la unión del matrimonio con el resto de familia y amigos. La familia y los amigos son para quererlos no para desahogarnos con ellos sobre los problemas de la intimidad del hogar. Para ello recuerden buscar un director espiritual que los ayude en los problemas y les escuche.
  18. Sean un matrimonio generoso con el Señor. No pongan medios anticonceptivos en la relación conyugal, que eso pone muy triste al Señor. Aprendan y asesórense sobre los medios naturales. Además, Dios bendice a las familias con cada hijo que llega. No tengan miedo, sean valientes y Dios les recompensará. Nunca les faltará lo necesario. Recen y ofrezcan muchos sacrificios para que se dejen de cometer los abortos, que son crueles asesinatos que dañan mucho el corazón del Señor y la Virgen.
  19. La Salvación del hogar se juega en gran parte en que sean un hombre y una mujer de Dios, nunca dejen de rezar por la conversión de cada uno de los que forman el hogar.
  20. Que siempre crezcan los hijos sabiendo que sus padres ejercitaban la caridad con los más pobres, los enfermos, los más débiles. Que los vean ayudando al prójimo, compartiendo lo suyo con los más necesitados.
  21. Bendigan siempre la mesa antes de comer, de esta forma los niños aprenderán la gratitud, muéstrenle que todo lo que se tiene en el hogar es don de Dios. Pueden emplear esta bella y sencilla oración:

    Señor, bendice estos alimentos y a quienes los han preparado. Dale pan a los que tienen hambre y danos hambre de ti a los que tenemos pan. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén
  22. Sean positivos, alegres. No critiquen, no se quejen. Amen a sus enemigos y perdónenlos con el perdón del Señor.
  23. En la circunstancias difíciles, cuando las cosas cuestan sacrificio, ofrézcanlo al Señor y a la Virgen: Oh Jesús, es por tu amor, por la conversión de los pecadores, por las benditas almas del purgatorio, por la santidad de los sacerdotes, por las familias cristianas y en reparación por los pecados cometidos contra tu Sagrado corazón y el Inmaculado Corazón de María.
  24. Cuando nos faltan las fuerzas para llevar a cabo algún trabajo, alguna penitencia, alguna abnegaciónPor tu Gracia Señor y con la Fuerza de tu Espíritu Santo que yo pueda hacer tal cosa, que yo pueda soportar esa situación
  25. Recuerden que cada día en esta tierra nos estamos jugando el cielo o el infierno, no tenemos más tiempo que el que pasemos en esta tierra para decidir donde pasaremos toda la eternidad.
Autor: Padre Francisco Javier Domínguez | Adelantelafe.com

sábado, 20 de junio de 2015

Retrato Bíblico de la mujer

  • Febrero 9, 2013

Descubriendo y viviendo el plan de Dios para nuestras vidas
            Durante mi vida, ha ocurrido una revolución —una revolución de la forma cómo las mujeres se ven a ellas mismas y sus roles, la visión que ellas tienen de los hombres, la visión de sus familias y la visión de cómo ellas deben  funcionar en nuestra cultura.
            Ya sea que se aperciban de ello o no, la gran mayoría de las mujeres Cristianas han optado por esta “nueva” forma de pensar. En el hogar, en la iglesia y en el ámbito laboral, ellas han adoptado los valores y el sistema de creencias el mundo alrededor de ellas. El mundo promete libertad y plenitud para aquellas que aceptan su filosofía. Pero tristemente, abrazando esta filosofía, millones de mujeres han terminado desilusionadas, heridas y con horribles ataduras.
            Por más de 20 años, he escuchado el clamor del corazón de estas mujeres:
  • Mujeres que están exhaustas de tratar de hacer malabarismos entre las demandas del trabajo y la familia
  • Mujeres que están desesperadamente solas
  • Mujeres que se sienten atrapadas en un matrimonio infeliz
  • Mujeres que luchan con el sentimiento constante de la desesperanza y desesperación.
  • Mujeres que viven bajo una carga abrumadora de culpabilidad y fracaso
  • Mujeres que tienen dificultad para encontrar sentido y propósito en medio de la cotidianidad de la vida
  • Mujeres que nunca han conocido lo que es tener relaciones basadas en amor mutuo y en compromiso
  • Mujeres que viven paralizadas con miedos y ansiedad crónica.
            Me doy cuenta que muchas mujeres han perdido la esperanza de poder ser liberadas de sus prisiones emocionales y espirituales. Pero una y otra vez, he visto una luz destellar en sus ojos cuando ellas descubren que la “vida abundante” que Dios prometió realmente puede ser una realidad, aún a pesar de sus circunstancias. El propósito de este folleto es ayudarnos a descubrir el camino a esa vida abundante y a examinar nuestras vidas a la luz del diseño y el plan de Dios.
            Antes de que continúes, siento que debo advertirte que lo que estás a punto de leer no es políticamente correcto. Esto va en contra de lo que hemos aprendido como mujeres liberadas del siglo XXI; es contrario a nuestros instintos naturales. Nunca será la posición predominante y muy seguramente producirá incomodidad a muchas mujeres.
            Pero te puedo asegurar que es el único camino al verdadero gozo, paz y plenitud para la mujer. Y es que Dios nos hizo, Él nos ama,  y sólo podremos estar completas cuando funcionemos de acuerdo a Su diseño para nuestras vidas.
            Si tu corazón anhela  ser libre para cumplir el propósito por el cual fuiste creada, te invito a unirte a buscar y conocer el corazón y los caminos de Dios.
            Estoy orando que Dios orqueste una contra-revolución en nuestros días –una revolución silente de mujeres que estén dispuestas a seguir el patrón, no del mundo, pero de la Palabra de Dios. Estoy convencida que la influencia de un ejército de mujeres piadosas sería incalculable – en nuestros hogares, en nuestras iglesias, en nuestra cultura. ¿Quieres ser tú una de estas mujeres?
Parte Uno
Examinando nuestro caminar a la luz de las Escrituras
“Es tiempo que las mujeres con fe bíblica reclamemos nuestro territorio. Nosotras conocemos al Diseñador. Nosotras tenemos Su manual de instrucciones. Si nosotras no reflejamos el diseño divino de Su creación femenina, nadie lo hará. Pero si lo hacemos, será un testimonio profundo para un mundo necesitado que observa.” – Susan Hunt
            Los versos en las siguientes páginas expresan el corazón de Dios para las mujeres. Juntos proveen un retrato bíblico de una mujer piadosa.
            La preguntas que le siguen en cada verso fueron diseñadas para ayudarte a evaluar qué tan bien estás aplicando la Palabra en tu andar diario. El punto no es contestar un simple “si” o un “no” en cada pregunta, sino usar estas preguntas como una base para meditación y aplicación personal y para evaluar tu respuesta al Señor.
            Algunos de estos versos son dirigidos específicamente a mujeres casadas. Otros aplican más generalmente a todas las mujeres. Sin importar tu estado civil, pídele a Dios que abra tu corazón y te ayude a ver las áreas que Él quiere moldear en ti para hacerte una mujer conforme a Su propio corazón.
            Para aprovechar este ejercicio al máximo, recomendamos que te enfoques en un verso cada día, pidiéndole a Dios que te muestre si tu vida está a la altura de cada aspecto de Su diseño. Mientras trabajas con esta sección, subraya tres o cuatro versos que revelen áreas específicas de necesidad en tu vida, para que puedas memorizarlos y grabarlos en tu corazón y  tu vida.
¿Por qué fui creada como una mujer?
1.    “Y el Señor Dios dijo: No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea” (Génesis 2:18).
¿He abrazado mi diseño creado por Dios de ser una ayuda para el hombre?
¿Estoy dispuesta a sacrificar mis propias ambiciones y aspiraciones a fin de cumplir mi  función principal y llamado de ser una ayuda para mi esposo?
¿Estoy siendo una verdadera compañera para mi esposo?
¿Estoy completando y complementando a mi esposo, en lugar de estar compitiendo con él
¿Cómo pudiera ayudar mejor a mi esposo a cumplir el propósito de Dios para su vida?
¿Qué tipo de palabras, acciones, y actitudes de mi parte podrían ayudar a los hombres cristianos a mí alrededor a ser todo lo que Dios quiere que sean?
¿Estoy promoviendo matrimonios sanos y santos en las formas que me relaciono y respondo a los esposos de otras mujeres?
En mi relación con los hombres, ¿mantengo límites que promueven estándares bíblicos de pureza?
2.    “Porque el hombre no procede de la mujer, sino la mujer del hombre; pues en verdad el hombre no fue creado a causa de la mujer, sino la mujer a causa del hombre” (1 Corintios 11:8-9).
    ¿Reconozco y acepto que Dios creó a la mujer para completar, complementar, y  para ayudar al hombre?
    ¿Está mi vida ayudando y bendiciendo a los hombres  a mi alrededor en             formas que promueven la santidad y la piedad?      
    3.    “La mujer es la gloria del hombre” (1 Corintios 11:7)
      En cuanto a la forma como me dirijo a los hombres, o la forma en la que hablo sobre los hombres, ¿les demuestro su valor dado por Dios?
      ¿Soy la que responde o la que inicia en mis relaciones con hombres?
      ¿Le facilito a los hombres cumplir su llamado de Dios de dirigir en el hogar, en la iglesia y en la sociedad?
      ¿Me dirijo a los hombres en formas que comunican respeto apropiado y afirmación de su masculinidad?
      ¿Promuevo proteger y perseverar las distinciones entre el hombre y la mujer creados por Dios en la forma que me conduzco, en mi forma de vestir, y en mis diversas funciones como mujer?
      4.    “Y el hombre le puso por nombre Eva a su mujer, porque ella era la madre de todos los vivientes” Génesis 3:20.
      ¿Reconozco y acepto el llamado que Dios me ha hecho de ser dadora y cuidadora de la vida?
      ¿Considero el llamado de ser “madre” como un llamado sublime y santo —ya sea de hijos físicos o espirituales? ¿Estoy activamente involucrada en dar y cultivar y nutrir vidas?
      ¿Qué hace a una mujer hermosa?
      5.    “Y que vuestro adorno no sea externo… sino que sea el yo interno, como el adorno incorruptible de un espíritu tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios” (1 Pedro 3:3-4).
        ¿Ven los demás en mí una belleza interna y radiante que son el resultado de un espíritu agradecido, rendido y confiado?
        ¿Enfoco más tiempo y esfuerzo en cultivar una belleza espiritual interna que una belleza externa?
        6.    “Porque así también se adornaban en otro tiempo las santas mujeres que esperaban en Dios” (1 Pedro 3:5).
        ¿Estoy más interesada en ser santa que en ser feliz?
        ¿Estoy poniendo mi esperanza y confianza en Dios en lugar de ponerla en las personas?
        7.    “Engañosa es la gracia y vana la belleza, pero la mujer que teme al Señor, ésa será alabada” (Proverbios 31:30).
           ¿Estoy más interesada en cultivar mi relación con el Señor en lugar de estar preocupada con verme a la moda, elegante o atractiva físicamente?
          ¿Vivo con el reconocimiento constante y consciente de la presencia de Dios?
          ¿Deseo agradar a Dios más que obtener la aprobación de los demás?
          8.    “Asimismo, que las mujeres se vistan con ropa decorosa, con pudor y modestia” (1 Timoteo 2:9).
          ¿Visto modestamente?
          ¿Provoca mi estilo de vestir que los hombres tengan pensamientos puros, en lugar de estimularlos a tener deseos y pensamientos sensuales?
          ¿Me visto de una forma que atraiga atención al corazón y espíritu de Jesús en mí en lugar de atraerlos a mi cuerpo físico?
          9.    “… no con peinado ostentoso, no con oro, o perlas, o vestidos costosos” (1 Timoteo 2:9).
            ¿Evito modas excesivas o extremas (pelo, ropa, joyería, maquillaje) que pudieran llamar la atención sobre mi misma y ocasionar que la gente se distraiga y deje de enfocarse en el Señor?
            ¿Evito joyería extravagante o ropa que pudiera ostentar mi riqueza y que provoque la envidia en otros?
            ¿Mi vestuario y mi apariencia exterior muestran un espíritu de moderación, sobriedad, pureza y respeto?
            ¿Cómo se comporta una mujer de Dios?
            ¿Cuál es el plan de Dios para mí como esposa?
            ¿Cómo quiere Dios usarme en la vida de los demás?
            10. “Todo mi pueblo en la ciudad sabe que eres una mujer virtuosa”  (Rut 3:11).
            ¿Tengo la reputación de ser una mujer con virtud moral y con un carácter piadoso?
            ¿Me mantengo pura de todas las influencias que pudieran contaminar mi corazón, pensamientos o acciones?
            11. “Abre su boca con sabiduría y hay enseñanza de bondad en su lengua” (Proverbios 31:26).
            ¿Bendigo a mi familia, amigos, y conocidos con palabras que son amables y sabias?
            ¿Estudio y medito en la Palabra de Dios para aprender a proferir palabras sabias?
            ¿Soy capaz de dirigir a las personas a Escrituras específicas que aplican a sus vidas y sus necesidades?
            12.“Con la mucha paciencia se persuade al príncipe, y la lengua suave quebranta los huesos” (Proverbios 25:15).
            ¿Estoy dispuesta a esperar tranquilamente que Dios cambie el corazón de una  autoridad en asuntos que considero son errados, en lugar de presionarla, manipularla o fastidiarla?
            ¿Procuro influenciar a los demás por medio de palabras gentiles, en  lugar de controlarlos o intimidarlos con palabras ásperas?
            13.“Que la mujer aprenda calladamente, con toda obediencia” (1 Timoteo 2:11).
            ¿Tengo un espíritu enseñable?
            ¿Recibo instrucción con un espíritu manso y obediente?
            14.“Mejor es habitar en tierra desierta que con mujer rencillosa y molesta” (Proverbios 21:19).
            ¿Consideran las personas con las que vivo o trabajo que tengo un espíritu fácil de sobrellevar?
            ¿Frustro a los demás  o causo que quieran alejarse de mi debido a mi espíritu argumentativo, testarudo o airado?
            15.“En ella confía el corazón de su marido” (Proverbios 31:11).
            ¿Puede confiar mi esposo en que camino con Dios constantemente y respondo a las circunstancias de la vida con alabanza, gratitud, y fe?
            ¿Puede mi esposo confiar en mí para serle leal y fiel moralmente?
            ¿Soy completamente confiable en cada área de mi vida  – en mis relaciones con otros hombres? ¿En cómo gasto el dinero? ¿En la forma que hablo con otros de mi esposo?
            16.“Ella le trae bien y no mal todos los días de su vida” (Proverbios 31:12).
            ¿Estoy comprometida con apoyar a mi esposo de todas las formas posibles y de siempre actuar para su mejor beneficio?
            ¿Sabe mi esposo sin duda alguna que estoy comprometida con él de por vida, no importe lo que pase?
            ¿Estoy comprometida incondicionalmente a bendecir y servir a mi esposo?
            17.“Tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido que estaba con ella, y él comió” (Génesis 3:6).
            ¿Está mi vida siendo de ejemplo piadoso para mi esposo, mis hijos y amigos?
            Por medio de mis palabras o mi ejemplo, ¿podría yo estara animando a otros a actuar de una forma que sea contraria a la Palabra de Dios?
            18.“Pero así como la iglesia está sujeta a Cristo, también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo” (Efesios 5:24).
            ¿Respondo al liderazgo de mi esposo de la misma forma que la iglesia debe responder a Cristo como su cabeza?
            ¿Me someto a mi esposo en mis acciones al igual que en mis actitudes?
            La forma que le respondo a mi esposo, ¿muestra al mundo la belleza y la bendición de la sumisión a Cristo?
            19.“Porque el marido es la cabeza de la mujer” (Efesios 5:23).
            ¿Estoy de acuerdo con Dios de que mi esposo es mi cabeza espiritual?
            ¿Permito que mi esposo me guie, o me resisto a su liderazgo, haciéndole difícil cumplir la responsabilidad que Dios le dio?
            20.“… y que la mujer respete a su marido” (Efesios 5:33).
            ¿Siente mi esposo que le honro y le respeto?
            ¿Saben otros que honro a mi esposo?
            Por medio de mis palabras, ejemplo, y consejo, ¿animo a otras mujeres a honrar a sus esposos?
            21. “Que el marido cumpla su deber para con su mujer, e igualmente la mujer lo cumpla con el marido. La mujer no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino el marido” (1 Corintios 7:3-4).
            ¿Reservo la comunicación, la miradas, palabras, y caricias íntimas para mi esposo exclusivamente?
            ¿Me estoy dando a mi misma para satisfacer las necesidades sexuales de mi esposo?
            22. “Y si quieren aprender algo, que pregunten a sus propios maridos en casa” (1 Corintios 14:35).
            ¿Motivo a mi esposo a crecer espiritualmente al preguntarle su consejo, su punto de vista, y dirección o soy rápida en correr donde con mi pastor u otro consejero para buscar respuestas a mis preguntas y problemas?
            ¿Siente mi esposo que valoro y respeto su punto de vista y consejo?
            23. “Exhorto, pues, … que se hagan… oraciones…por todos los que están en autoridad” (1 Timoteo 2:1-2).
            ¿Oro fielmente por los lideres que Dios ha puesto en mi vida (ej. esposo, padres, pastor, jefe, oficiales electos), pidiéndole a Dios que los bendiga, que supla sus necesidades, que los proteja, y que los haga lideres piadosos?
            Cuando alguien que se encuentra en una posición de autoridad falla, ¿oro por ellos en lugar de criticarlos o atacarlos?
            24. “Ella vigila la marcha de su casa y no come el pan de la ociosidad.” (Prov 31:27)
            ¿Soy una persona trabajadora?
            ¿Estoy atenta a las necesidades de aquellos a mí alrededor?
            25. “Que tenga testimonio de buenas obras; si ha criado hijos, si ha mostrado hospitalidad a extraños, si ha lavado los pies de los santos, si ha ayudado a los afligidos y si se ha consagrado a toda buena obra” (1 Timoteo 5:10).
            ¿Está mi vida caracterizada por la compasión, el sacrificio, y actos de servicio?
            ¿Tengo la reputación de ser una persona que busca oportunidades para ministrar las necesidades de los demás?
            26. “Contribuyendo para las necesidades de los santos, practicando la hospitalidad” (Romanos 12:13).
            ¿Soy sensible a las necesidades de otros creyentes?
            ¿Soy generosa, compartiendo con otros que están en necesidad?
            ¿Abro mi hogar para ministrar a otros?
            27.“Asimismo, las ancianas deben ser reverentes en su conducta, no calumniadoras ni esclavas de mucho vino, que enseñen lo bueno” (Tito 2:3).
            ¿Es mi vida un ejemplo piadoso para las mujeres más jóvenes?
            ¿Tengo dominio propio y soy prudente en mi forma de hablar y en mi estilo de vida?
            ¿Estoy activamente involucrada en enseñar a las mujeres más jóvenes  a cómo vivir sus vidas de acuerdo a la Palabra de Dios?
            28.“Que enseñen a las jóvenes a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos, a ser prudentes, puras, hacendosas en el hogar, amables, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada” (Tito 2:4-5).
            ¿Están mis prioridades en orden?
            ¿Me estoy enfocando debidamente en amar y suplir las necesidades de mi familia?
            ¿Modelo un amor de servicio desinteresado y dedicado por mi esposo e hijos?
            ¿Es mi espíritu prudente, puro y amable?
            ¿Es mi vida una ilustración del “retrato bíblico de la mujer”?

            Parte Dos

            Edificando Nuestros Hogares Con Sabiduría
            “Una comunidad no puede ser derribada cuando la mujer cumple su misión, porque con el poder de su noble corazón sobre los corazones de los demás, ella la levantará de sus ruinas, y la restaurará de nuevo a la prosperidad y al gozo”. – John Angell James, “Female Piety”
            “La mujer sabia edifica su casa, pero la necia con sus manos la derriba”. Proverbios 14:1
            Pocas mujeres están conscientes de cuánta influencia ellas ejercen en su entorno.
            Independientemente de nuestro estado civil o de nuestro estilo de vida, todas nosotras como mujeres tenemos alguna “casa”. Esa “casa” puede ser nuestra familia inmediata, nuestro vecindario, nuestro ámbito laboral, nuestra escuela, nuestra iglesia o nuestra nación.
            Por medio de nuestras actitudes, nuestras palabras, y nuestro comportamiento, nosotras tenemos el poder de bendecir y edificar las vidas de aquellos a nuestro alrededor; pero nosotras también tenemos el poder para derrumbarlos o destruirlos.
            En las siguientes páginas, encontraras una serie de declaraciones contrastadas que  sugieren formas específicas en las que podemos edificar o destruir nuestros hogares.            Examina las declaraciones que mejor describan tus actitudes, tus palabras y tus acciones hacia aquellos que Dios ha puesto en tu vida.
            Pídele a Dios que te revele si estás ayudando a otros al edificaarlos sabiamente o si si neciamente los estás lastimando, obstaculizando y destruyendo.
             No dejes que el enemigo te desanime por lo que puedas ver. En vez de esto, a medida que te des cuenta de actitudes, palabras o acciones que estén destruyendo tu hogar, ponte de acuerdo con Dios, confiesa tu necedad. Después, en cada una de esas áreas, pídele a Él que te haga una mujer sabia y que te ayude a edificar un hogar que traiga una gran gloria para Él.
            ¿Mis actitudes “edifican"?
            Estoy comprometida a dar para suplir las necesidades de otros, ya sea que reciba algo a cambio o no (Hechos 20:35).
            Tengo un espíritu agradecido con Dios y otros por las bendiciones y beneficios que recibo (1 Tesalonicenses 5:18).
            Considero a los demás  como más importantes que yo misma y lo demuestro al poner sus necesidades y deseos por encima de míos (Filipenses 2:3).
            He cedido todos mis derechos a Dios y por lo tanto puedo responder con mansedumbre y perdón cuando otros me ofenden (Colosenses 3: 12-13).
            Reconozco que Dios es el “Bendito Controlador de todas las Cosas”, así que yo puedo responder a circunstancias difíciles con un espíritu de mansedumbre y confianza (Romanos 8:28).
            Confío en Dios para trabajar por medio de las autoridades que Él ha puesto en mi vida (Proverbios 21:1; 1 Pedro 3:5).
            Tengo un espíritu sumiso hacia las autoridades que Dios ha puesto en mi vida. Cedo rápido y sigo instrucción cuando es dada, aún cuando se opone a mi propia voluntad (Hebreos 13:17).
            Mi vida transmite gozo, paz, y contentamiento porque sé que Dios me ama y está en control de cada detalle de mi vida (Romanos 8:37-39).
            ¿Mis actitudes “destruyen"?
            Mi disposición a suplir las necesidades de otros está determinada por el amor y la apreciación que ellos me muestren.
            Ato a las personas con mis expectativas y soy herida cuando esas expectativas no son cumplidas.
            Frecuentemente insisto en salirme con la mía egoístamente y de procurar satisfacer mis propias necesidades por encima de las necesidades de los demás.
            Fácilmente me enojo cuando siento que mis derechos han sido violados.
            Frecuentemente resiento y resisto circunstancias que llegan a vida.
            Batallo el responder apropiadamente a la autoridad porque no creo realmente que Dios sea lo suficientemente grande para cambiar el corazón del “rey”.
            Tengo un espíritu terco y  testarudo a la autoridad, y busco manipular o tener el control de mi vida, mis circunstancias y de aquellos a mi alrededor.Frecuentemente transmito un espíritu de descontento, amargura, o miedo respecto a mis circunstancias.
            Soy rápida para dar misericordia y perdón a aquellos que fallan (Mateo 5:7).
            Tengo una actitud de reverencia y respeto hacia mi esposo, al igual que hacia mis autoridades espirituales (Efesios 5:22-23,33).
            Me mantengo fiel a mi esposo a pesar de sus fracasos y tropiezos (Proverbios 17:9; 1 Corintios 13:7-8).
            Genuinamente amo a los demás y busco suplir sus necesidades por encima de las mías. Estoy más interesada en el bienestar de los demás que en los míos propios (2 Corintios 12:15; Filipenses 2:4).
            Fácilmente tengo contentamiento con lo que sea que Dios me provea (Hebreos 13:5).
            ¿Mis palabras “edifican"?
            Frecuentemente expreso gratitud por los beneficios que recibo de Dios y de los demás (Colosenses 3:15).
            Edifico a los demás con mis palabras de alabanza, aprecio y admiración (Efesios 4:29).
            Rápido me humillo y pido perdón cuando ofendo a alguien (Mateo 5:23-24).
            Soy fiel orando para que Dios obre en las vidas de los demás (ej. mi esposo, hijos, amigos, pastor, etc.) (Efesios 6:18).
            Mantengo un record mental de las ofensas y busco formas para vengarme.
            Transmito una actitud irrespetuosa hacia mi esposo.
            Abiertamente o sutilmente critico a mi esposo cuando él falla.
            Realmente me amo a mí misma más que amo a los demás y busco proteger y defender mis derechos, mis posesiones, mi tiempo, y mi reputación. Estoy más interesada en ser feliz que hacer a otros felices.
             Batallo con un espíritu de descontento acerca de mis circunstancias, mi salud, mi entorno físico,  o mis posesiones materiales.
            ¿Mis palabras “destruyen"?
            Frecuentemente me quejo al tener lo que no quiero y querer lo que no tengo.
            Frecuentemente lastimo  a otros con palabras de crítica y despreciativas, soy rápida para recalcar las fallas de los demás.
            Tiendo a defender o justificarme en vez de admitir cuando me equivoco.
            Paso más tiempo hablándole a mis amigos y consejeros acerca de las necesidades en las vidas de aquellos a mi alrededor que en interceder fervientemente en por ellos.
            Procuro hablar sólo palabras sabias que dirijan a la gente a la Palabra y caminos de Dios (Proverbios 31:26).
            Mis palabras animan a otros y ministran salud y vida a sus espíritus (Proverbios 12:18).
            Soy cuidadosa de hablar palabras que sean  absolutamente verdaderas (Efesios 4:25).
            Soy pronta para oír y tarda para hablar (Santiago 1:19).
            Cuando soy molestada, generalmente respondo con una respuesta gentil (Proverbios 15:1).
            Controlo  mis palabras (Proverbios 10:19; 17:27).
            ¿Mis actitudes “edifican"?
            Doy el ejemplo a mis hijos y a los demás al obedecer a mis autoridades con una actitud correcta del corazón (Tito 2:4-5),
            Diligentemente estoy sirviendo y supliendo las necesidades de otros con una corazón dispuesto (Gálatas 5:13).
            Soy fiel en cuidar por las necesidades prácticas de mi familia y hogar (Proverbios 31:27).
            Tomo tiempo para renovar mi mente con la Palabra de Dios para poder ser transformada a la semejanza de Jesús (Romanos 12:2).
            Me apresuro a compartir mis propias opiniones de temas, en vez de dirigir conscientemente a la gente a la Palabra y caminos de Dios.
            Mis palabras tienden a hacer sentir a otros desanimados y fracasados.
            Algunas veces cambio un poquito o exagero la verdad para mi propio beneficio.
            No soy atenta a escuchar, tiendo a dominar las conversaciones y querer que los demás me escuchen a mí.
            Fácilmente me molesto y tiendo a responder con palabras ásperas. 
            Hablo demasiado.
            ¿Mis acciones “destruyen"?
            Frecuentemente ignoro a la autoridad  hago lo que mejor me parece.
            Frecuentemente soy perezosa y renuente o no estoy dispuesta a servir a otros.
            Desatiendo muchas necesidades prácticas de mi familia y hogar por la falta de planeación, disciplina o por falta de  ganas.
            Entretengo mi mente con libros, revistas, películas, o programas de televisión provocativos.
            Mi comportamiento con los hombres es discreto, puro y sin reproche (1 Tesalonicenses 4:3-7).
            Busco oportunidades para ministrar en formas practicas al pobre y necesitado (Proverbios 31:20).
            Mi hogar es un lugar de ministración y aliento para otros además de mi familia (1 Pedro 4:9).
            Mi comportamiento en presencia de otros es sobrio, digno y prudente (Tito 2:3-4).
            Estoy activamente involucrada en enseñar y discipular a mis hijos y/o a otras mujeres en los caminos de Dios (Tito 2:4-5).
            Mi comportamiento con los hombres es algunas veces agresivo, atrevido o coqueto.
            Estoy tan agotada con  mis propias necesidades que no tengo tiempo para ayudar al pobre.
            Rara vez invito a otros a mi casa.
            Con frecuencia busco llamar la atención o ganar la aceptación con un comportamiento ruidoso y alborotador.
            Personalmente no estoy involucrada en ministrar espiritualmente a otros.
            https://www.avivanuestroscorazones.com/articles/retrato-biblico-de-la-mujer/